SOS Jabón: Operación Lubricación con WD40

Hoy les quiero contar la historia de cómo un simple dispensador de jabón, de esos que parecen inofensivos en el baño o la cocina, se convirtió en un desafío personal... ¡y cómo lo conquisté con la ayuda inesperada de WD-40
Mi dispensador, que antes entregaba jabón con elegancia y fluidez, un día decidió declararse en huelga. Cada presión era un acto de fe y fuerza bruta, y la recompensa era un mísero hilillo de jabón, si es que salía algo. ¿La frustración? Máxima. Mi primera idea, lo confieso, fue simplemente tirarlo y comprar uno nuevo. Pero luego pensé: "No, esto tiene arreglo".
Armada con curiosidad y una lata de WD-40, me propuse devolverle la vida. Con delicadeza desenrosqué la parte superior fue entonces cuando entró en acción mi aliado dorado. Con la precisión de la cánula del WD-40, apliqué un chorrito directo en las entrañas del mecanismo. Presioné la bomba una y otra vez, sintiendo cómo la resistencia inicial se rendía ante la acción lubricante del producto. Era como si el dispensador exhalara un suspiro de alivio.
El jabón fluyó libremente, como si el dispensador hubiera recordado su propósito en la vida.
Este proyecto me demostró una vez más que WD-40 no solo es para hombres, es también para mujeres que resuelven.